martes, 22 de octubre de 2013

La luz de una vela

     Fijó mis ojos en la titilante luz de la vela que se hallaba frente a ella, era todo lo que podía hacer para frenar las lagrimas que luchaban por escaparse de sus ojos. Sentía la música metiéndoselo  lentamente bajo mi piel y destrozando los últimos resquicios de equilibrio emocional que jamas había poseído. La hechizante melodía del piano acompañaba el compás de mis lagrimas cayendo sobre el papel que estaba apoyado debajo de la vela, y ni la caliente cera derretida era capas de ocultar las palabras que habían quedado grabadas a fuego en mis retinas. Podía sentir al resto a mi alrededor, de forma lejana y tan próxima al mismo tiempo, una superposición tan poderosa de emociones me recorrió sin la necesidad de mirarlos.
     Levísimos contornos de piernas y manos se distinguían a la luz de las velas, que cada uno tenía frente, cabezas gachas, cada una concentrándose en su propia vela, gritándole al mundo sin necesidad de abrir la boca. Los corazones unidos en un latido fuerte, constante que ya jamas pararía;  lentamente las voces comenzaron a expresarse, sumando a las lagrimas que ya se deslizaban por mis mejillas cayendo a esa hoja y mojando el dibujo. Las manos temblando y el corazón en shock, una pregunta tan simple, una pregunta a la que siempre había creído saber la respuesta, tan poco podía causar tanto.
     Reanudándose solo el sonido del piano, las manos se unieron sin una palabra, sin necesidad de mirarse, se buscaron, agarrándose con fuerza, brazos rodeando el circulo de luz, como un faro que jamas les permitiría perderse, un salvavidas, para las tormentas. La roja luminosidad bañaba los rostros, todos bañados por lagrimas, sin falta. Los ojos brillantes, labios temblorosos, el sentimiento cayendo y afirmándose en los corazones, dejando su marca indeleble y cambiándolo todo para siempre. Sin una palabra se dispersaron, yendo a pasar la noche.
     La luz mas potente del sol los despertó, sin opacar el recuerdo del calor de la vela y la dorada intensidad bañándolos. Casi como un pacto sin palabras les fue inevitable volver, volver allí aunque solo fuese para comprobar que la noche pasada había sido algo mas que un sueño, que realmente había pasado. Las lagrimas ya secas en el papel, la cera ahora endurecida creando formas y las velas apagando, pero listas para volver a ser encendidas.
     Alguien, o todos al mismo tiempo releyeron la pregunta que con tan poco, los había movido tanto; ¿Me amas? y como de ninguna otra forma podía ser, como antes las manos lo habían hecho, se unieron los brazos, rodeando a todo el que alcanzaban, fundiéndose en un abrazo, compartiendo el calor corporal, como el calor que la vela les había enviado callada en la oscuridad de la noche. Así fue ese abrazo, propulsando una onda de calor por todos los cuerpos, y casi como su fuese ensayado todos respondieron: Si, te amo. Sellando lo que vivieron, y marcando el camino que vivirían, que sin importar las distancias o las circunstancias los corazones seguirían latiendo como uno, enviándoles ese calor y esa luz, como los de una vela, que podían parecer poco, pero imposibles de ignorar dentro de la oscuridad. Él se aseguraría de que así fuera, como ya se había asegurado de que sus caminos se cruzaran.

martes, 1 de octubre de 2013

Reseña: Nacidas bajo el signo del toro, Florencia Bonelli

¿Cómo rompes el hechizo de sus ojos?

¿Cómo aquietas tus latidos al sonido de su voz?
¿Cómo le enseñas a tu corazón que amar es peligroso? 
     La vida de Camila da un giro drástico el día en que la empresa de su padre se declara en bancarrota.
     Un departamento más pequeño en un barrio viejo y decrépito y un colegio público de jornada simple son algunos de los cambios que debe enfrentar.Detesta la nueva realidad, por lo que se encierra en la soledad que le brindan sus libros.
     Hasta que conoce a su nueva vecina, una astróloga que la iniciará en los misterios de las nacidas bajo el signo del Toro.
Y, a medida que el cambio se profundiza en Camila, la realidad que tanto detestaba va tomando un nuevo color. En ella, el lindo de la clase, Sebastián, y Lautaro, el enigmático mejor alumno, se convertirán en los protagonistas. 
     El secreto está en conocer tu corazón.
     Este libro me lo regalo mi madre para el día del niño y me había quedado como debe para leer. Voy a ser sincera, mi madre no conoce demasiado bien mis gustos y básicamente creo que compró el libro porque la protagonista tiene mi mismo nombre y aproximadamente mi edad. Soy amante total de la fantasía y la ciencia ficción, así que la verdad que me sumergí en este libro con muy pocas expectativas.
     Leí que este es el primer intento de la autora en escribir una novela juvenil, así que puedo entender que halla elegido esta linea en la historia, que sin ofender a nadie, esta un poco trillada y el final era algo predecible. Lo que si me impresiono mucho fue el uso del horóscopo y como el personaje va relacionando su crecimiento personal con el mismo, y se da fuerzas con el, poco después de haberlo terminado yo misma busque mi carta astral, aunque no soy demasiado creyente en ello.
     La historia a veces no seguía el hilo a algunos datos que se iban dando sobre los personajes, y eso al principio me trancó un poco. La ambientación hace que sea fácil relacionarte a una ciudad como la que todos vivimos, y los problemas pueden ser parecidos a los que una adolescente se puede enfrentar, aunque de a ratos se volvía un tanto superficial y vacía.
     Camila, el personaje principal me presento un reto, no pude evitar encontrarla al mismo tiempo interesante y una completa tonta. Pero creo que todos tenemos esos dos lados dentro nuestro. Y me parece que el hecho de que a lo largo de la historia ella se enfrente a sus problemas con su físico y ademas se hable de los problemas que tiene con el y que termine aceptándolo tal cual es es algo realmente bueno, ya que presenta un perfil que puede ayudar a muchas en sus propias batallas internas. Lautaro y Sebastian, otros dos personajes, a su vez presentan perfiles que por lo menos ne mi experiencia personal se presentan en todas las generaciones, característicamente opuestos y con constantes roces. No voy a ir tan allá como para decir que la novela puede ayudarte a entenderlos, pero si dar otro vistazo a sus perfiles.
     No creo que pueda decir mucho más sobre esta novela, no la recomiendo ni al descarto, ademas de resaltar que no pertenece al genero que mas me agrada, pero si quiero dejar en claro que me sorprendió en mas de un aspecto,aunque no creo que la vuelva a leer.

11º

     Poco después de que entrásemos a la casa llego Juli, quien luego de saludar secamente a Ian se dedicó a observarnos preparar los licuados atentamente y a poner mala cara siempre que éste se me acercaba a menos de un metro, lo que era la mayoría del tiempo.
     Dentro de mi cabeza me reía pensando en que era que suponía mi hermanito querido que iba a hacer si Ian hacía algo que el considerase inadecuado a su hermanita pequeña. Yo siempre me había llevado mejor con los varones que con las chicas, y ya antes ya había llevado algún que otro amigo a casa a pasar un rato hablando. Aunque había que concederle a mi adorado hermano que Ian no se veía como la mayoría de los muchachos que yo había llevado anteriormente.
     Me cerciore que ambos siguieran jugando esa guerra de miradas, de un lado hostiles y del otro amables, antes de abandonarme a una segunda inspección de Ian. Me gustaba la forma relajada en la que encajaba en mi casa, con los pies descalzos y aun sin ponerse remera, en otro podía parecer excesivo o incluso como forzado, pero no en él.
     Su físico era increíble, no había duda de ellos desde el primer momento en el que se lo veía; los brazos modelados, con bíceps firmes sin ser exagerados. Ocho abdominales también duros, acompañados por pectorales iguales, todos sin un pelo. Por un segundo me pregunte si él sería de esos chicos que se depilan el pecho, pero descarte la idea tan rápido como me vino a la mente, no parecía ser ese tipo de chico. La altura impresionante también, rondando el metro noventa. Pensé que a muchas chicas de las que había conocido se les saltaría la baba en el momento en que se reía, y se podía ver como se contarían sus abdominales, o como se le estiraban los músculos de la espalda y los hombros al agarrar cosas de lugares altos. No digo que no apreciase el espectáculo, después de todo seguía siendo una chica, pero al parecer después de pasar tantas horas en el gimnasio viendo cuerpos iguales, se transformaba simplemente en algo que ya no impresionaba, era consciente de que algún día iban a desaparecer.
     Pero no era exactamente el cuerpo lo que resultaba extrañamente atrayente, era la entrañable forma en que lo manejaba. Movimientos fluidos, sencillos, nunca dudantes; no había presión en su toque, aunque no por eso le faltaba sentimiento, aún podía recordar la forma protectora y guiante en la que había apoyado su mano en la parte baja de mi espalda aquel día que nos conocimos, cuando me abrió la puerta del café y dejó pasar. Nunca me sentía invadida cuando el me tocaba, no como cuando estaba cerca de Dante, con él me sentía nerviosa, como si de pronto mi piel se llenara de miles de hormigas pero no podía quitarmelas. La sinceridad que plagaba sus ojos y una intensidad amigable también ayudaban, aunque estos días había notado que a pesar de que muchos se acercaban a hablarle y las chicas no dejaban de lanzar indirectas el solo destinaba su verdadera atención a unos pocos, creo que me puedo contar entre ellos.
     Aún semi reflexiva lo seguí mientras tomaba los licuados que había terminado como una autómata y él se sentó en las hamacas, pero antes tuve unos segundos en los que note algo que antes no había notado que estaba allí, y ahora que lo veía, no podía creer que antes no lo hubiese visto. En tinta negra, entre sus dos omóplatos, se encontraba un tatuaje. Le dedique mi atención, dejando que mis ojos lo recorriesen.
     Era una especie de circulo, lleno con curvas y leneas entrelazadas de forma armoniosa, el patrón capturo mis ojos, era un dibujo peculiar, lleno de equilibrio. Compuesto por cuatro partes que se repetían y entrelazadas de forma que mis ojos siempre perdían por poco donde comenzaba una y terminaba la otra, de forma lejana me recordaba a un símbolo celta que recordaba de uno de mis libros, el trisquel o al lauburu, pero a su vez era totalmente diferente. De alguna forma me parecía conocido, estaba casi segura de que ya lo había visto, pero no lograba recordar donde, luche con mi mente por unos momentos, sin conseguir nada. Estaba segura de haberlo visto, ¿pero donde?
     - ¿Y ese tatuaje? - le comente sin aguantarme.
     - ¿Qué tatuaje? - contesto él, dándose la vuelta para mirarme, aún parada.
     - Éste bobo - le conteste pasando mis dedos sobre el tatuaje lentamente.
     - Ah, ¿esa cosa vieja? - me dijo volviendo al vista al horizonte- es solo una tontería que hice hace un par de años.
     - Es lindo. Me resulta conocida de algún lado
     -Ni idea, yo la vi entre las cosas de mis padres. Me lo hice como para tener una parte de ellos conmigo.
     No respondí nada, algo en su voz había captado mi atención, su respuesta era extrañamente hueca. Nos quedamos un rato en silencio mientras tomábamos los licuados; era un silencio lindo, compartido, por lo general me molestaba mucho esa gente que se empecinaba en romper los silencios con cualquier cosa, para mi tiene mucho valor, pueden transmitir tantas cosas como una conversación
     El silencio solo se vio interrumpido por mi celular, que sonaba enterrado donde estaba en la toalla de playa. I will follow you into the dark lleno el espacio entre nosotros mientras yo me estiraba para ver el mensaje, era de Lily: "cuando Ian se valla ven a casa y así hablamos. Estoy organizando una fiesta para la generación el sábado  necesitare ayuda :)" . Subí la vista y vi a Lily saludando enérgicamente desde una ventana de su casa y se me atragantó una carcajada, si, debí haber supuesto que iba a chusmear.
     - ¿Pasa algo?
     - No nada era Lily sobre algo de una fiesta mañana, más tarde le pregunto bien...
     - Todos los años ellos hacen una fiesta al principio de curso para todos, supuse que ya lo sabrías. Siempre estas con Lily
     - ¿Hay algo escondido detrás de ese comentario?
     - Nada, enserio - me miro riéndose un momento, y me gustaron los pequeños hoyuelos que se formaron en sus mejillas, eran adorables - creo que ella es una de las mejores chicas de la escuela, me agrada. Son sus hermanos con los que no me llevo demasiado, aunque dudo que eso importe mucho.
     - No creo que haya nadie que se lleve demasiado con ellos. Me alegro de que Lily te agrade, no quería pensar que mis únicos dos amigos no se llevasen bien...
     - No te preocupes por eso, ademas ya harás mas amigos, aunque debo advertirte que las chicas de por aquí son bastante tontas... Así que ¿vas a ir a la fiesta mañana?
     - Eso creo... ¿vos?
     - También, te paso a buscar por aquí si quieres,a si llegamos juntos.
     - Sería genial, gracias
     - Un placer - me contesto él, se paro de su hamaca y miro la linea anaranjada del horizonte - debería ir volviendo. Nos vemos mañana, a eso de las ocho.
     Se acercó y me planto un fuerte beso en la mejilla, y antes de que pudiese siquiera pararme a abrirle la puerta se puso la remera y tomando la mochila saltó a la arena y se fue caminando por la orilla. A unos pocos metros se dio vuelta y me dirigió una mirada intensa junto con otra sonrisa. Lo mire hasta que se volvió una pequeña silueta junto al agua, y reaccionando finalmente tome mis sandalias y salí corriendo a casa de Lily.


viernes, 20 de septiembre de 2013

10°

     - ¿Te desperté? ¿o la almohada solo tenia ganas de pegarse a tu cara?- me preguntó Ian una vez que le hube abierto al puerta.
     - La segunda, últimamente mi almohada esta muy cariñosa.- le conteste media ida, los últimos vestigios del sueño aun colgaban de mi, tenia ese último abrazo grabado a fuego en la piel, sin saber muy bien como enfrentarme con él.
     Caminamos en silencio escaleras arriba, pero no le di muchas vueltas, él era una de esas personas con las que el silencio no era incomodo, era compartido, los dos juntos pero inmersos en nuestras mentes. Comencé a juntar algunas cosas que había tiradas en el piso al darme cuenta de que esta era la primera vez que el venia a mi casa, ni hablar del dormitorio; pero por suerte Ian solamente fue a la cama, estiro la colcha un poco y se desplomo sobre ella, como si llevaramos años haciendo esto. Desde su lugar me dirigió una de sus sonrisas relajadas, de esas que me hacían relajar a mi también.
     Me senté en el borde de la cama a su lado y comencé a jugar con los hilos sueltos de la pulsera que siempre llevaba puesta en la mano izquierda.
      - Entonces, cual es el plan para esta tarde. ¿Dormir?¿Relajarnos?¿Ir a la playa? o ¿tratar de dominar al mundo, pinky?
     - Estoy un poco cansada como para la dominación mundial, creo que la podemos aplazar un poco, pero la idea de tirarme un rato en la playa a leer o conversar en extremadamente atrayente.
     - Ah, que suerte, me hiciste acordar - dijo pegando un salto y agarrando la mochila que había tirado al costado de la mesita de luz, y de ella sacó un libro de tapa azul con un símbolo en llamas - lo encontré el otro día en la librería, y se me ocurrió que si insistes en leer esas cosas que llamas libros, podría subir un poco el nivel.
      Me pasó el libro con un ademan despreocupado, y se me quedo mirando. Por un segundo no hice más que recibir el libro, sobre el símbolo se leía Divergente, una pequeña luz se prendió en mi cabeza, había oído sobre este libro, pero cuando fui a comprarlo el precio era bastante elevado y había decidido que con la mudanza y todo seria mejor si lo leía en internet. Levante los ojos hasta verle, él me miraba medio serio, esperando alguna reacción, pero ni yo misma sabia como se suponía que debía reaccionar. Deje el libro aun lado y lo abrace con todas mis fuerzas, casi tumbándolo de la sorpresa.
     - Gracias - le dije antes de estamparle un beso en la mejilla - enserio gracias.
     - No es nada- me respondió el estrechándome también entre sus brazos, y me sorprendí por un segundo con la forma en la que parecíamos encajar el uno con el otro - dale, ahora cambiáte que te espero en la arena, vamos a nadar un rato

***

     Me encontré una pila de ropa y su mochila en la arena cuando baje y a Ian ya braceando en el agua. Tiré mis cosas junto a las de él y me metí rápidamente antes de que se diese cuenta de que ya estaba allí. Se había adentrado lo suficiente como para que yo ya no hiciera pie, así que mientras me dirigía a sorprenderlo comencé a bracear, notando como los músculos de los hombros y el cuello parecían aflojarse, y los brazos se adaptaban a un rimo que recordaban y jamas se me iba a borrar de la mente. Solía entrenar y competir cuando era mas niña, pasarme horas sumergida solo yendo y viniendo, abandonándome al constante abrazo del agua y dejando flotar mi imaginación, pero cuando mamá había enfermado lo había dejado para ir a cuidarla al hospital, y para cuando me sentía lista para volver a competir ya había pasado demasiado tiempo, nunca lo dejé, ni me arrepentía de haberlo pasado a un segundo plano, porque aunque ya no compitiera eso si formaba parte de mi vida, siempre lo haría.
     Pare un segundo al darme cuenta de que ya debería de haber llegado a donde él había estado cuando entre, pero no había nadie a mi alrededor, comencé a girar mirando a mi alrededor donde se podía haber escondido; aún ninguna señal,llene los pulmones de aire, preparándome para gritar su nombre cuando algo me cincho del tobillo y me hundió en el agua, patalee para soltarme pero unos brazos fuertes me rodearon, dejándome inmóvil. Patalee un poco y finalmente emergí tomando una gran bocanada de aire, con Ian aún agarrándome, y apuesto a que si él no hubiese querido subir no habría habido nada que yo pudiese hacer.
     - ¡Tonto! - le grite riéndome mientras intentaba zafar uno de mis brazos para golpearlo.
     - ¿Qué estabas pensando hacer Cassie? ¿Nadar hasta China?
     - Pudiste haberme matado, sin contar que no es muy caballeroso de tu parte impedirle la libertad a una dama.
     - No existe la caballerosidad en el agua - contesto aun riéndose, aunque me soltó - vamos, te juego una carrera.
     Sin esperar a que contara hasta tres comencé a bracear con todas mis fuerzas, comiendo metros de ventaja. Pude sentir como alargó nuevamente la mano intentando frenarme pero fallando. Seguí unos metros más y pare dando una voltereta, él tardo unos pocos segundos en llegar a donde me hallaba, con una risa marcada en sus ojos pero con el rostro serio.
     - Eres lento
     - Y tu una tramposa
     - Nadie dijo nada sobre no poder salir, tu quicistes una carrera.
    Ian me saco la lengua y comenzó a salpicarme, pronto nos habíamos enfrascado en una batalla campal, y lamentablemente yo no llevaba las de ganar. Seguimos jugando un rato antes de salir del agua y tendernos en un par de toallas al sol para secarnos. Éste ya se encontraba mas bajo en el horizonte, pero su luz aun no había comenzado a cambiar a anaranjado, significaba que aun teníamos algo más de tiempo.
     - ¿Hasta que hora te libero tu abuelo? - le pregunté, el se haba tendido boca arriba en su toalla, y podía ver como el azul de la misma casi hacia juego con el color tostado de su piel.
     - Mientras que vuelva entero para dormir tengo permiso todo el día. Y tu hermano, ¿cuando vuelven él o tu padre?
     - Julian vuelve generalmente cuando el hambre es demasiada como para seguir vagando por ahí, así que realmente no lose, pero para termina el turno para la hora de la cena esta noche, así que supongo que nos honrara con su presencia para entonces... - dude un momento antes de seguir hablando, mire sus ojos grises cuidadosamente, no sabia como se iba a tomar mi pregunta -  Ian, ¿te puedo preguntar algo?
     - Siempre podes preguntar, que yo responda es cosa mía - me dijo sin perder su humor habitual.
     - ¿Donde están tus padres?
     Lo vi tomarse un momento antes de responder mi pregunta, sentí como sus ojos se pasearon por el paisaje, alejándose de los míos. Su voz sonaba asombrosamente imparcial cuando comenzó a hablar, se notaba que estaba empleando todas sus fuerzas para contener lo que fuera que hablar de sus padres le causase.
     - En este momento se encuentran en el cementerio ambos, murieron cuando no tenia mas de 8 años. Mi madre era la mujer más buena que debe haber conocido este mundo, y mi padre la amo con todo su corazón. Estaban muy dedicados a la empresa familiar, y murieron en un coche de auto una noche volviendo muy tarde de trabajar. Desde entonces vivo con mi abuelo, él era quien me cuidaba cuando ellos no estaban en casa.
     Solo en ese momento Ian dirigió sus ojos hacia mí, pude ver que decirme esto no había sido algo fácil para él, y ni siquiera podía imaginarme a un niño de 8 años sobrellevando la muerte de sus dos padres. Pero también había una profunda aceptación en esos ojos, se notaba que no los culpaba por haber muerto, que no les mantenía rencor.
     - Mi madre murió hace un par de años - le dije antes de siquiera darme cuenta de las palabras que salían de mi boca - el cáncer se la llevo y creo que mi padre todavía nos e recupero de perderla. Es parte de la razón por la que el quiso que nos mudáramos aquí, para dejar ese doloroso recuerdo atrás.
     - Siento lo de tu madre - me dijo el mientras le daba un apretón a mi mano - pero me alegro de que estés aquí, necesitaba una amiga como tu en mi vida.
     Una extraña sensación se introdujo sobre nosotros, no quería que esta tarde se terminara, era como que mientras estuviéramos juntos y solos nada importaba, nos podíamos decir todo. Le devolví el apretón, antes de sentarme en mi toalla.
      - ¿Sabes que mas creo que necesitamos en nuestras vidas? - le dije sonriendo.
     - ¿Super poderes? - me contesto el dudoso.
     - No... bueno, en realidad si, no vendrían mal con toda la tarea, pero unos licuados de frutilla era lo que se me había venido a la cabeza.
     - A las frutillas entonces - me dijo mirándome a los ojos.

viernes, 6 de septiembre de 2013


       Mientras miraba por la ventana pensé que el concepto de tiempo era algo muy relativo, es una mentira que todas las horas son iguales, esta claramente tenia mas de 60 minutos, parecía que hacia días que la clase había empezado, y hacia horas que sentía los ojos fijos de dante sobre mi, pero me negaba a voltearme. No iba a darle el gusto de ver esa socarrona mirada porque le iba a contestar con una grosería. No se hacia mas el tiempo de salir con Ian.
     Me concentre en la clase, en las imágenes de iglesias barrocas que el profesor proyectaba sobre la pizarra, las imágenes de paredes condecoradas con imágenes de santos alados llorados, rodeados de espinas cruzadas como laberintos. No era creyente de nada y al mismo tiempo de todo, pero los templos y la mitología siempre habían sido algo que me fascinaba. Me incline un poco adelante para ver mas la siguiente diapositiva,la imagen de un mausoleo en un cementerio, y sentado sobre el mismo al estatua de un ángel gritándole al cielo.
     - ... Fue en origen una palabra despectiva que designaba un tipo de arte caprichoso, grandilocuente, excesivamente recargado. Así apareció por vez primera en el Dictionnaire de Trévoux, que define «en pintura, un cuadro o una figura de gusto barroco, donde las reglas y las proporciones no son respetadas y todo está representado siguiendo el capricho del artista. Otra teoría lo deriva del sustantivo baroco, que señala una ambigüedad que, basada en un débil contenido lógico, hace confundir lo verdadero con lo falso. Así, esta figura señala un tipo de razonamiento pedante y artificioso, generalmente en tono sarcástico y no exento de polémica. Ahora vemos el arte en el barroco, pero en sus comienzos era tratado despectivamente como arte sin rigurosidad y característico de los parias sin formación. El Barroco se forjó en Italia, principalmente en la sede pontificia, Roma, donde el arte fue utilizado como medio propagandístico para la difusión de la doctrina contrarreformista...
     Las palabras del profesor apenas lograban hacer mella en mi, pero la imagen hablaba a gritos, había algo en su semblante que resultaba cautivador. La visión de estatuas como esta ya me era casi familiar, en el cementerio en el que habíamos enterrado a mamá abundaban, aunque en menores proporciones, siempre velando sobre algún ser querido. No quería pensar mucho en mamá, me dolía pensar que la habíamos dejado atrás, que ya nadie iba a llevar flores a su tumba; podía entender porque papá lo había querido hacer, pero igual, un día tendría que ir a visitarla.
     El estruendo del timbre quebró al burbuja que había armado a mi alrededor sin darme cuenta. Junté las cosas lentamente, saboreando la libertad. Lily se paró bostezando a mi lado mientras y metía todo en la mochila, se me cayeron un par de papeles mientras luchaba con la cuadernola, pero pronto una mano grade con dedos largos me los tendió.
     - No dibujas mal, pero los trazos tiene que ser más seguros, confía en ti misma.
      Mire a Dante fijamente, eran las primeras palabras que me dirigía desde aquella vez en mi casa. Pude ver que tenia leves ojeras bajo esos ojos verdes, pero había algo que antes no había estado ahí algo le pasaba, no estaba bien. Tome las hojas de sus manos teniendo cuidado de no rozar sus dedos, me daban ganas de preguntarle cual era el problema, de consolare, y no sabia porque, el siempre había sido un completo idiota conmigo. Por primera vez, le sostuve la mirada sin odio, solo viéndolo y por primera vez fue el quien quito los ojos primero. Se cargó la mochila al hombro y dejo la clase a paso decidido.
     Contra mi voluntad, me volví a preguntar si estaría bien, aunque era claro que no lo estaba.
     En el camino a casa mi cabeza me comenzó a doler como si me estuviesen clavando un cuchillo lentamente, y el sol me molestaba en los ojos. Lo único que faltaba era que me estuviese enfermando en el primer fin de semana. Tire las cosas y me recosté en la cama poniendo una almohada sobre mi cabeza, y mientra sentía el viento que entraba desde la ventana acariciarme me dormí...

     Me encontraba en un laberinto de arbustos, era de noche y la gran luna llena bañaba todo con luz blanquecina, dejando el paisaje pintado de blanco y negro. Llevaba puesto un pantalón negro con una blusa negra también, que se encachaba levemente en las ramas. 
     No estaba segura si debía huir de algo, o ir en busca de ello, de si era seguro o peligroso, pero no cabía duda de que no me encontraba sola. Camine girando por entre los pasillos como si supiera a donde debía ir, había algo tirándome mas y mas cerca.
     Llegue a un claro más grande, y en medio de el se hallaba la lapida de mi madre, y junto a ella en el piso, lo que parecía ser mi madre, o lo que seria el fantasma de mi madre... la mire unos segundos antes de acercarme hasta donde se encontraba. 
     No se veía como los últimos meses en el hospital se veía más joven y fuerte, con una energía diferente a la de la madre que yo había conocido. Sentí las lagrimas resbalando por mi rostro mientras caí de rodillas. Mi madre se acerco y me seco las lagrimas son dedos levísimos, "no llores mi niña, te amo". La mire sin poder decir nada "todo va a cambiar, tienes que estar atenta. Voy a intentar ayudarte en lo que puedas, lamento no haberte preparado antes...". No entendía que quería decir, pero tampoco se lo pregunte no podía hacer nada mas que llorar en silencio.
     Comenzó a desvanecerse en el aire, como la niebla se levanta, lento pero constante. No pude evitar sentirme desolada cuando ya no estaba mas allí, y continué llorando, pero cada vez mas fuerte. De pronto un par de brazos me rodearon desde atrás en un confortante abrazo, yo me recosté en ellos. No se en que momento deje de llorar, o si simplemente me quede sin lagrimas, pero aun estaba entre esos brazos, esos maravillosos brazos que me acompañaban, alce la cabeza para ver quien era. Dante.
     "No dejaré que nada te suceda Cassie, jamas, nada podrá herirte, estamos juntos en esto", sus palabras me llenaron de calor el cuerpo helado, asentí y hundí mi cabeza contra su cuello. Le creía.

     Me desperté con el sonido de fuertes golpes en la puerta, sentía las lagrimas secas en el rostro, y la angustia me llenaba, ahora que no estaba mas en el abrazo de mis sueños. Pensar en mi sueño me hizo estremecer, no sabía que pensar.
     Los golpes se reanudaron, y mire la hora en el reloj, eran las cinco. Baje rápido las escaleras para abrirle la puerta a Ian.





     Bueno, volví, no hay mucho que decir. Estos días fui al estreno de "Cazadores de sombras: Ciudad de hueso" y no se, el ver tantas personas amantes de esos libros, tan apasionada sobre todo, me dio esperanzas, no se. Encontrarme gente con al quien discutir sobre eso, y compartir esta pasión que me llena, renovó mis esperanzas, y bueno, creo que le retiro también sumo mucho, quiero meterle más a mis sueños y que la gente a las que se lo mencione me dio para adelante. Así que ta, no se, no los quiero aburrir con mis reflexiones solo eso, I´m back.

jueves, 8 de agosto de 2013

¿Fin?


     El aire desgarró mi garganta al salir de mi, un grito como el anterior, como todos, un grito desesperado. Jadee tirando de las cadenas que me ataban a este infierno solitario sin mas resultado que antes, sentía los cordones de musculo hincharse dolorosamente, pero las cadenas se negaban a cooperar; me desplome contra la húmeda pared en la oscuridad.

     ¿Cuanto llevaba aquí? ¿Horas, días, meses o años? ¿Había un mas allá, o eran solo alucinaciones mías? Vislumbre la pequeña ventana que se encontraba a metros sobre mi cabeza, unos finos haces de luz entraban por allí, nunca nada mas que eso. Baje luego los ojos a mi pequeña prisión, cuatro paredes que me rodeaban, cubiertas de musgo y tierra. Y finalmente mire las cadenas que me mantenían allí, una en cada extremidad, y todas ellas fijas a la pared en la que ahora me apoyaba. Esta era mi realidad, era mi universo. Pero comenzaba a  dudar que existiese algún otro aparte de él mas allá, si habían realmente sol y libertad para mi, o si esta siempre había sido mi existencia, y el resto solo era producto de una mente sobreexcitada.
     Mi garganta dolió mientras inhalaba, pero casi ni le preste atención a este tan familiar dolor que estaba permanentemente ligado a mi desde que había comenzado a gritar, ¿había existido algún punto en el que no gritaba? ya no soy capas de recordarlo... ¿Había gritado jamás, o solo eso creía? cómo saber si realmente gritas cuando no hay nadie allí para escucharte, cómo saber que el grito que te desgarra en partes, cargado con toda la impotencia que tenia dentro mio realmente era eso y no solo se encontraba dentro de mi cabeza. Era real ese dolor o uno mas de los síntomas de mi incipiente locura, ¿sería todo esto un delirio? No, no podía serlo, esos gritos eran reales, aunque yo fuese su único testigo, pero como saber que lo eran, si nadie más también los presenciaba.
    Me pare nuevamente, dispuesto a soltar otro grito. Inhala, uno, dos, tres. ¡Grita! Inhala, uno, dos, tres ¡Grita! Inhala, uno, dos, tres... ¿Había gritado la primera vez? ¿Realmente había emitido ese sonido desgarrador? ¿o era el silencio quien gritaba en mis oídos? ¿Habría alguien allí para escucharme? ¿Habría alguien mas en algún lugar siquiera? ¿Existe algo mas allá de esta oscuridad que me rodea? Estaba exhausto, exhausto de gritarle o no a la nada, de gritar y gritar sin resultado, de las preguntas, de la duda, estaba exhausto de todo y de nada, de esta realidad o delirio... Me volví a recostar en la fría pared, y metí la cabeza entre las rodillas, sintiendo el cinche de las cadenas. ¿Había gritado en algún momento? el dolor de la garganta no significaba ya, podía ser bien de no hablar, ¿o dolía mi garganta siquiera? Ya no lo sabía...




     Esta será mi ultima entrada, al menos por un tiempo. Estoy un poco cansada de gritarle al silencio y ni siquiera recibir un eco. Me voy a tomar un tiempo para mi, para escribir para mi, porque esto no esta dando resultado; no digo que jamas vaya a subir nada y no vuelva, quizás lo haga la próxima semana y esto sea solo una etapa. La idea detrás de todo esto era ese eco que me ayudase a mejorar, y por ahora me canse de gritar sin resultado, así que no se... no se siquiera si realmente hay alguien ahí leyendo esto, o si solo lo escribo para mi misma, pero si eres alguien allí, y te gusta lo que veías así digo dos cosas: hubiese apreciado mucho cualquier cosa que me quisieses decir, realmente CUALQUIER cosa. Y segundo, no dejes de pasarte por aquí una vez cada tanto, porque realmente no se cuanto me durara esto de agachar la cabeza ante el mundo... Gracias, y realmente espero que esto se me pase y que pronto escuches de mi, y yo de ti.

miércoles, 7 de agosto de 2013


     Me desplome en el pasto a la hora del almuerzo, con las piernas y los brazos de cualquier forma. Sentí el sol en la cara mientras suspiraba. Era el viernes de la primer semana de clases, yeah, clases. La gente había sido cordial conmigo, había un par de chicas simpáticas y gracias a dios Ian y Lily compartían la mayoría de las materias conmigo, para hacer volar más fácilmente las primeras pesadas horas. Pero desgraciadamente también lo estaba Dante. Fijando sus ojos en mi nuca pero sin decirme nada desde aquella noche en mi casa, hablando de ser inquietante.
     Una sombra se proyectó sobre mi cuando Lily llego con los brazos llenos de comida y una sonrisa en la cara, sentándose con las piernas cruzadas a mi lado.
     -Sos un ángel, ¿te lo dije alguna vez? un ángel de la comida.
     - Creo que no, no sé si me queda el título.
     - Ya creo que si -  le respondí mientras me enderezaba y tomaba una bandeja de sanguches - la próxima yo pongo la comida.
    - Considéralo un regalo de primer semana de clases. Para reparar todo el daño que los demás puedan haber hecho.
     Le respondí con una sonrisa con la boca llena, no había habido tanto daño. Miré alrededor por el patio hasta encontrar a quienes estaba buscando. Desde el primer día había sido más o menos así, Lily comiendo aquí conmigo y sus hermanos comiendo más allá junto con la otra banda de genes de modelo. Dante tardó poco en mirar en nuestra dirección  reprobadoramente, era siempre lo mismo, y para mi vergüenza, yo siempre retiraba mis ojos primero. A veces pensaba en si los demás estaban enterado de su extraña visita nocturna, pero nunca había llegado a preguntárselo a Lily, temiendo que se preocupara. La chica tendía a tener emociones extremas, muy feliz, muy cansada o muy acelerada, no quería ser yo la que la llevase al borde de muy preocupada.
     Terminamos la comida cuchicheando sobre los profesores, la playa o la montaña de deberes que ya teníamos. Demasiado pronto se pasó la hora libre y teníamos que entrar para las ultimas horas del día, dos de historia del arte, era una de las pocas materia que me emocionaban bastante, y hacían invernar a Lily. Recogimos lo que habíamos desparramado antes de dirigirnos al salón.
    Ya me había colocado en mi asiento detrás de Lily, quien se negaba a sentarse junto a mí y presenciar mi ánimo por la clase,  y estaba sacando las cosas de la mochila cuando sentí un chirrido como de alguien sentándose en mi mesa. Levante los ojos ya sabiendo que era Ian quien estaba allí, sonriéndome y mirándome con esos hermosos ojos. Desde que nos habíamos conocido él había estado muchas veces mirándome, así, en silencio, solo mirándome con una sonrisa. No quería pensar demasiado en ello, sabía que si lo hacía terminaría embarrándola de alguna manera, y dios sabía que no quería hacer nada para embarrarla. Me sentía bien cuando estaba cerca de Ian, hablando de libros y música, riendo o simplemente diciendo incoherencias.
     - Hola - le dije por fin conteniéndome la sonrisa.
     - Hola... em, ¿quería saber si vas a hacer algo esta tarde?
     - La verdad es que no, pensé en nadar un rato en la playa, pero no tenía plantes ¿por?
    - Es que mi abuelo me dio el día libre y pensé que quizás quisieras salir juntos…
     Le mire de nuevo, como la luz dibujaba sombras en su cara, la pose relajada sobre el escritorio, los ojos brillando como ningunos que jamás haya visto antes, y jugaba son una lapicera, casi nerviosamente.  Pensé en que sería una hermosa foto si tuviese una cámara conmigo ahora, pero también como muchas cosas hermosas, no las podría capturar con una cámara.
     - Si – le conteste mirándolo.
     -Paso por tu casa a las cinco y vemos que quieres hacer – finalizó justo cuando sonaba el timbre.
     Regreso a su asiento junto con sus amigos, uno de ellos volteo a mirarme mientras hablaban con él, no me importo la verdad. Con una ahora más familiar sonrisa fija en el rostro voltee a mirar a Lily, quien tenía una mueca en su cara y abrió la boca para decir algo, cerrándola rápidamente cuando el profesor pidió silencio. Comenzó a hablar sobre las bases del arte grecorromano cuando la puerta se abrió, dando paso a un despreocupado Dante, quien sin inmutarse entro lentamente al salón. Idiota pensé; miró alrededor y casi pude escuchar los leves suspiros que soltaron mis compañeras de género cuando él pasó a su lado, no me lo podía creer. Con una sonrisa maliciosa se sentó en el lugar que había a mi derecha, dejándome entre él y la ventana.
     El profesor se aclaró la voz para recuperar la atención de sus alumnos tras un silencio un tanto incómodo.
     - Muy bien jóvenes – comenzó – desde ahora les diré que para aprobar el curso de este último año será necesaria la realización de un proyecto creativo sobre un tema a elección. El mismo será grupal, así que les sugiero que miren bien quien es su compañero de la derecha, ya que él o ella será con quien trabajaran este año.

     Genial…

domingo, 7 de julio de 2013

     Mientras miraba el blanco techo de mi cuarto me preguntaba si la estúpida sonrisa que se había fijado en mi rostro tenía pensado desaparecer en algún momento, o si solo se iba a quedar allí por el resto de la eternidad. Me inclinaba más por la primera opción, aunque justo ahora se sintiese como la segunda.
    Ian. No era la chica que tenia miles de citas, no era la coqueta que te hacia cumplidos y se reía tontamente, ni siquiera era la chica que chismeaba con sus amigas mientras miraba muchachos. Probablemente era la chica más tonta del universo en lo que tenia que ver con chicos, pero de alguna forma la tarde con Ian había salido bien, muy bien. Habíamos reído y charlado sobre libros, música y nosotros mismos casi hasta la puesta del sol.
     Se sentía como que él entendía cada palabra que salia de mi boca, por mas que me discutiera mis gustos literarios. Habíamos reído discutiendo sobre cantantes pop y me había pasado un par de nombres de bandas que le gustaban. Las palabras casi fluían solas cuando estuve con él, y la forma en la que me miraba con esos ojos suyos, sonriente, me hacia sonrojarme levemente.
     Habíamos charlado sobre el inminente comienzo de las clases mientras me acompañaba caminando a mi casa, estaba en mi mismo año, y con un poco de suerte nos tocaría en la misma clase. Me contó que vivía con su abuelo en un departamento sobre la librería y que trabajaba allí casi todos los días, luchando con su abuelo intentando convencerlo de vender cómics y que también escribía poemas, como hobbie. Y cuando finalmente llegamos a casa se despidió  una invitación de pasar a verlo por la librería cuando quisiera, y después de darme un beso en la mejilla se fue con paso descansado, dándose vuelta para verme con una sonrisa una vez. Yo le sonreí en respuesta mientras entraba a la casa.
     Sintiéndome como una demente total había corrido riendo por toda la casa que gracias a dios estaba vacía, ya que papá trabajaba hasta tarde y Juli debía encontrarse perdido por ahí, y finalmente me había tirado sobre el colchón mirando fijamente los libros que había comprado con esa estúpida sonrisa en la cara. 
     Tardé un rato en escuchas los incesantes golpes a la puerta de la cocina, y cuando finalmente lo hice salte corriendo del colchón, esperanzada de que fuese Lily, quería contarle sobre Ian y nuestra tarde, lo que fuera que había sido. Pero cuando pegue la vuelta en el pasillo y quede de cara a la puerta de vidrio me frené de golpe, realmente no estaba esperando eso. Desde el otro lado del vidrio Dante me miraba divertido, arqueando una ceja ante mi.
     Le observe un par de segundos antes de caminar lentamente y abrir la puerta, parándome en el umbral de cara a él, pero sin dejarlo pasar. No dije una palabra esperando a que explicara su presencia en mi casa, aunque había algo levemente diferente en sus ojos, que no podía identificar completamente.
     - Te vi llegar a casa - fueron las primeras palabras que salieron de su boca Levante la guardia esperando el insulto que las seguiría, pero Dante solo estaba ahí parado con las manos metidas en los bolsillos de un jean gastado.
     - Las personas suelen volver a sus casas, para dormir y eso, es para eso que tienen casas.
     - Yo... solo quería habar.
     - ¿Y me elegistes a mi porqué?
     - Sobre mi hermana, ella... - respondió él con un suspiro, como si tuviese que hacer fuerza para sacar las palabras que estaba a punto de pronunciar - ella es muy importante para mi, y por alguna razón ella quiere ser tu "amiga". Y se que la lastimaras, así que te pido por el bien de ella que cortes las cosas ahora.
     - ¿Y por qué estas tan seguro de que la voy a lastimar? No se te ocurre que ella me importa.- le respondí  indignada.
     - No digo que sea a propósito, pero lo terminaras haciendo. No perteneces a su mundo, lo mejor es que renuncies y solo mantengas una relación cordial, por el bien de las dos.
     - No voy a echarme para atrás solo porque no te caigo bien. No tienes voto en esto, no me importa que tanto me odies.
     - Tienes que hacerlo, es lo mejor - se acercó un paso a mi, casi cerrando la distancia que nos separaba - ojalá las cosas pudiesen ser diferentes, pero no lo son Cassie.- contuve la respiración cuando con una mano metió uno de mis mechones rebeldes detrás de mi oreja.- Por favor, solo aléjate de nosotros.
     Dante me miró por un par de segundos más antes de darse la vuelta y perderse en la noche.
     Cerré la puerta lentamente mientras mi mente iba a mil kilómetros por hora. Me había esperado insultos, ataques e incluso alguna amenaza, pero nunca algo como esto. Que quería decir con esto. Había habido algo diferente en sus ojos, algo que antes no había estado ahí para que lo viera, que no estaba segura que seguiría ahí la próxima vez que lo viera, porque habría una próxima, no pensaba alejarme de su hermana solo porque él así lo quisiese.
    Le dí vueltas a la conversación una y otra vez en mi mente mientras cenaba recostada en el sillón, sin llegar a nada. Fue solo cuando subí a dormir que no te que el lugar donde su mano me había rozado cuando acomodó ese mechón de pelo, aún cosquilleaba.

sábado, 6 de julio de 2013

Realidad


     Una realidad que hoy pocos pueden ver, pero muchos sufren... vivimos en un mucho que segrega al diferentes y unifica los que jamas debería ser uniforme

domingo, 23 de junio de 2013

El cementerio.

     La luna bordeaba el horizonte, llena y amarillenta ella iluminaba mis pasos a lo largo de la calle. Me escurrí a través de las sombras, bordeando los barres que desbordaban de gente despreocupada que se dedicaba a disfrutar de la fresca noche; me preguntaba si algún día se darían cuenta del universo entero que los rodeaba, o si simplemente seguirían ciegos ante todo. 
     Ya estaba cerca, en la siguiente esquina se me unieron Mel y Noah, que cuchicheaban por lo bajo. Seguimos rápidamente hasta llegar al bajo muro del cementerio por el que siempre entrabamos, nos costo poco saltarlo y comenzar a serpentear entre las tumbas en actividad. Apenas la luna se separaba del horizonte el cementerio se convertía en un lugar totalmente diferente, rebosante de vitalidad y aislado del frenesí del resto de la ciudad, comenzaba su propia fiesta.
     Veía a las huesudas manos abriendo las puertas de sus respectivos mausoleos, otros rascando aun sus ataúdes, o subiendo las escaleras de sus entierros subterráneos. Un par de esqueletos en sendos vestidos ya habían comenzado ya a recibir a quienes llegaban, repartiendo bebidas de colores sospechosos a todos los hijos de la noche. Inclusive un esqueleto mas fresco que aun tenia algo de carne y pelo colgando de sus huesos había comenzado a sacarse un par de costillas que se estaban convirtiendo en algún tipo de instrumento musical; y junto a este un hada de mortíferos ojos rojos sacaba una computadora y parlantes de lo que probablemente era una mochila hecha de piel humana.
     Dejé la bolsa que traía conmigo en el suelo, donde rápidamente fue recogida y hecha circular. Esta vez no había podido conseguir muchas cosas, solo algunos libros viejos y revistas. Mire sonriente alrededor, como ya casi todos estaban fuera, solo faltaban un par que estaban terminando de salir de la tierra con ayuda de los demás.
     Continué mi camino hasta el mausoleo de Dante. Caminaba a paso rápido por los pequeños corredores que apenas quedaban entre construcción y construcción, de vez en cuando siendo bañado por un poco de polvo que caída de alguna estatua tardía que saltaba de techo en techo, dirigiéndose  al centro de la fiesta.
   Mis pasos se volvieron lentos mientras me acercaba a la impresionante tumba de mármol negro, condecorada con estatuas también negras que con semblante soñoliento cuidaban la entrada. Asentí al pasar junto a ellas y ya podía escuchar la música de la fiesta mientras bajaba los desgastados peldaños.Me saque la cazadora cuando llegue a la puerta y se la pase al esqueleto de un soldado perdido que allí se encontraba.
      Al entrar me recibió el habitual calor sofocante y el fortísimo olor a tabaco, Dante estaba repantigado en el sillón de terciopelo rojo que se había hecho traer y aspiraba el humo de un puro que iba escapando entre sus blancuzcas costillas. Sentía a Mel y Noah parados a mis costados como guardaespaldas, aunque no había nada de lo cual cuidarse, yo sabia que la verdad es que el blancuzco esqueleto delante mio les inquietaba. Me adelante un paso pasandole una nueva caja de puros a Dante, quien podía sentir que sonreía y me miraba con ansias a través de las cuencas vacías que solían ocupar sus ojos.
     - El resto ya esta siendo repartido entre los demás, traje lo usual. - le dije antes de darle la oportunidad a preguntar.
     - Bien - respondió con su chirriante voz  a la vez que tomaba la caja con un traqueteo de sus huesudos dedos - necesitaremos algo de ropa nueva que repares algunos ataúdes, la semana pasada algunos se rompieron mientras los chicos volvían a sus lechos. Pero dudo que eso sea problema para ti.
     - Ninguno Dante, lo haré lo más pronto posible.
     - Buen muchacho, tu siempre tan servicial. Ahora vayan y disfruten de la fiesta, saben que son el alma ella-  dijo el esqueleto riendo a batiente mandíbula, y nos despidió con un gesto de su muñeca.
     No tardamos nada en salir de nuevo al oscuro frescor. Despache a los chicos, se merecían la noche de diversión. Y yo repetir mi rutina usual.
     A la entrada de un mausoleo tan blanco que casi parecía brillar con la luz de la luna, estaba ella, con el mismo vestido lavanda con el que la había enterrado. Se dio vuelta al escuchar mis pasos, y cuando llegue a ella le tomé la mano.
     - Aún sigues viniendo - dijo - aun aunque yo ya no sea yo.
     - Como podría dejar de hacerlo, después de todos estos años -  le respondí -  hace ya más de trecientos que hacemos estos. Ademas para mi siempre seras tú.
     Ella me rodeó con sus brazos cuando se escucho sonar a la lejanía un suave vals -  ¿bailarías conmigo, aunque ya no sea yo?
     - Siempre. Y si tu no eres su, yo ya no soy yo - le respondí, y juntos bailamos, esqueleto e inmortal, bajo la luna llena, la única del mes que nos volvía a unir.

viernes, 14 de junio de 2013

Reseña: The Host, Stephenie Meyer

     Bueno, hace tiempo que estoy intentando hacer reseñas, para darles una idea de que me gusta y que no, y me pareció que era inevitable hacer una reseña de este libro, The host. No tengo mas que decir sobre el que que si alguna vez publico un libro, espero que ese sea capaz de causarle a alguien la mitad de sensaciones y emociones que este me causo a mi. Últimamente ando bloqueada para escribir, así que volví un poco a mis raíces, y esta es una de ellas.



¿Y si tuvieras que luchas por un cuerpo en el que vivir? Es el fin del mundo tal y como lo conocíamos... Los mayores miedos de la humanidad han saltado de la ficción a la realidad.
  Wanderer es una alienigena invasora de cuerpos y ha llegado a la Tierra junto con otras "almas" para cumplir su misión. Pero su anfitriona, Melanie Stryder, se resiste a abandonar su cuerpo sin oponer resistencia. Dos seres de dos especies diferentes comparten un mismo cuerpo pero por desgracia para ellas también un mismo corazón. Los recuerdos de la vida de Melanie hacen que Wanderer se enamore del mismo hombre que ella, Jared; convirtiendo su relación en el primer triangulo amoroso que solo implica dos cuerpos. 
 ¿Podrá el amor de Melanie por Jared sobrevivir al fin del mundo? ¿Y a su huésped?

     En mi opinión la sinopsis no dice ni la mitad sobre el libro, y sinceramente la primera vez que la leí no estaba demasiado emocionada por comenzarlo, pero un vez que lo hice, no pude parar. Spoiler: la parte del desierto se me hizo un poco lenta, pero una vez que la pase, no podía dejarlo. Ademas encontré el personaje de Ian totalmente atrayente y descolocante, lo ame instantáneamente y tengo mis esperanzas de encontrar un Ian real. Pero debo decir que Jared también tiene sus cositas, aunque creo que es imposible no sentir algo por Jared, no se como, pero lo es.
 Ya lo he dicho, lo que para mi hace a un libro bueno son las emociones que este es capaz de despertar en mi, y reí y llore leyendo The host. Ademas me parece que denota un gran avance por parte de la autora, con una historia que no solo engancha sino que también si somos capaces de ver un poco el trasfondo da que pensar.


Siento por haberme pasado tanto sin subir nada, y prometo subir por lo menos un cuentito este finde, quien quiera que seas que lee esto. Aprecio criticas o cualquier comentario. Los dejo!!! Besos

jueves, 30 de mayo de 2013

     Poco después de que Lily se fuera decidí salir a chequear que podía encontrar en la parte mas central de la ciudad, a dedicarme una tarde. Tenía la esperanza de poder encontrar alguna librería y comprar un par de libros nuevos  porque creo que si leía alguna vez mas mi ejemplar de the host o los juegos del hambre los libros se iban a volver polvo.
     Tomé mi mochila y metí rápidamente un ejemplar de ghostgirl, el mp4, un buzo y algo de dinero, baje corriendo y me subí a bici y empece a dar pedal sin mucha atención  No me llevó mucho llegar hasta la parte más central, se veían algunos turistas perdidos bordeando una rambla que solo consistía en una calle ancha bordeada por una vereda con apenas algo de pasto separándose de la arena. Había montones de pequeños negocios de artesanías y ropas veraniegas, pero al subir un par de calles mas me encontré con lo que estaba buscando, un par de pequeñas y antiguas librerías y un café en la esquina.
     Las rápidas nubes que comenzaron a cubrir el cielo me distrajeron un momento, parecía que hacia siglos que no veía llover. Até la bici a una columna y me deslice dentro de la librería  observando el cartel de madera sobre la puerta que leía "La muerte muere enamorada. Libros maravillosos y mitológicos". Por dentro el local me hizo pensar en una mezcla de castillo del romanticismo y librería de la abuela, con muebles exuberantes y adornos oscuros y arrebatadores, pero parecía no seguir un orden demasiado especifico, había libros desparramados por todos lados, apilados sobre mesas sin criterio, algunos nuevos y otros que ya debían de tener mas años que yo, llenos de tierra como si nunca hubiesen sido tocados. Había un mostrador de madera con una caja registradora y algunas chucherías esparcidas, como postales y diferentes marca-libros; pero no pude ver a nadie detrás de él. De echo, más allá de la música baja de un piano no se escuchaba nada, parecía que el lugar estaba vacío.
     No le dí mucha importancia y me dedique a recorrer los pasillos poblados de libros. Juli siempre me había preguntado por qué leía, que era de lo libros que me atraían tanto, supongo que siempre fueron un escape, hacia otros mundos, otras realidades, otra vida. No podía evitar mirar esas estanterías pobladas de libros que aun no había leído y pensar el las miles de posibilidades diferentes, de historias que conocer, personajes que amar y odiar, sentimientos esperando ser despertados y mundos diferentes. Era un universo inexplorado al que podía tener acceso, y que nadie jamas me podrían quitar, eran sueños de gente plasmados en papel, esperando a ser compartidos. Di la una vuelta y me encontré frente a una estantería que leía "novelas fantásticas y verdaderas, solo los conocedores sabrán la verdad". La cita me robó una sonrisa, aunque no sabia de que libro era. Comencé a examinar estos libros desde la parte que me parecía mas moderna, revise un par hasta que me decidí a llevarme un libro que me habían comentado que era bueno, Mestiza, de Jennifer.L.Armentrout. Estaba a punto de volver a la caja para intentar encontrar a alguien que me atendiera cuando me di cuenta que esta sección seguía, llena de libros con lomos duros de colores enjoyados bajo una capa de polvo, pude ver a amatista y el zafiro bajo la leve luz, me atraían, pero había uno que, aunque tenia una capa de polvo mas gruesa que los otros, brillaba apagado como el lapislázuli; estire el brazo y lo tome, era un volumen grueso y pesado. En la tapa lo único que se leía era "Προμηθέας δραπέτευσε από το βράχο" ,"Prometeo escapó de la roca". No parecía tener ningún autor adjudicado, así que pasé un par de carillas, parecía ser una versión bilingüe (en griego y español) de una novela tipo fantasía- mitológica. En un segundo ya la tenia en mis brazos junto con el otro libro y me dirigía a la caja, siempre me había emocionado el descubrimiento de libros nuevos, y esta no era la excepción. 
     Me pare por unos segundos en silencio frente al mostrador, y cuando vi que no aparecía nadie apoye con un poco de fuerza los libros, esperando que le innecesario ruido llamase la atención de quienquiera que fuese que atendía la tienda saliera a cobrarme. Se escucharon pasos apagados al otro lado de una puerta y pronto la misma se abrió, mostrando un muchacho moreno de mas o menos mi misma edad. Mientras el sonreía amistosamente reafirme mi teoría de que el agua de este lugar tenia algún tipo de químico que perfeccionaba la apariencia exterior de los jóvenes. Midiendo el algo mas de metro ochenta y cinco tenia claros ojos grises-celestes, piel muy dorada y musculatura de atleta.
      - Hola, ¿vas a llevar esos libros? - me dijo con la voz profunda.
      - Si - le respondí pasandole los libros.
      Él me dirigió una sonrisa antes de tomarlos. La puerta volvió a abrirse y de ella salió un hombre mayor, pero vivaracho, vestido con pantalones de raya y camisa blanca se completaba con una sonrisa y unos brillantes ojos llenos de luz y rodeados de una fina red de arrugas. El hombre parpadeo un par de veces hacia mi antes  de acercarse al mostrador .
     - ¿Qué te trajo a mi librería hoy joven? No eres de aquí, o te recordaría, la memoria aun me funciona como cuando era joven.
     - De hecho soy nuevo, me acabo de mudar aquí con mi familia. Me encanta leer, así que quise pasar a revisar las librerías locales.
     - Bueno, pues me alegro que hayas elegido esta, los lectores somos una raza en extinción, es importante identificarnos unos a los otros. - me respondió y miro al muchacho a su lado por unos segundos - quedan pocos de los que verdaderamente saben apreciar la literatura.
     - Que no me gusten los mismos libros que a ti no significa que no sepa apreciar la literatura abuelo. -le retruco con aire divertido - me miro alcanzándome los libros y mi cambio - Soy Ian, un gusto, ¿así que vas  a estudiar aquí cuando termine el verano? Te puedo mostrar el lugar si quieres
     - Si, gracias, seria fantástico - le respondí intentando ser cortés, aunque la verdad nunca se me dio bien eso de conectar con gente nueva.
     - Bueno, que esperas chico, llévala a pasear, la tarde esta tranquila, creo que puedo manejar la tienda por mi mismo. - intercedió el abuelo.
     Me quede con la boca abierta durante un par de segundos sosteniendo mis libros, el señor aun sonreía y estaba empujando no tan delicadamente a Ian fuera del mostrador, quien tenia la misma cara de sorpresa y desconcierto que yo sentía en mi rostro.Me miro un segundo casi pidiéndome permiso, y cuando yo asentí media ida, termino de salir de detrás del mostrador por si solo y caminamos juntos hasta la puerta.
     Una vez afuera me paré junto a mi bicicleta balanceandome sobre mis pies, sin saber que se suponía que tenia que decir.
     - No tienes porque salir conmigo, puedo irme a dar vueltas un rato para dejarle contento, pero seria agradable tomar un café y hablar un rato si quieres.
     Lo mire un par de segundos más en silencio. Todo en el era amigable y me invitaba a decir que si, los ojos brillantes y la forma en que se inclinaba levemente para sonreírme amablemente. Me devolvió la mirada y se rió quedamente.
     - La pregunta no es tan difícil, solo si o no. No te preocupes, no contagio rabia cuando muerdo. A diferencia de los personajes de esas novelas tuyas.
     - Ninguno tiene rabia, y ademas son sobre mitología greco-romana, no hombres lobo.
     - Te doy ese punto, pero tienes que aceptar que algunas de esas novelas son totalmente ilógicas.
     Me mordí el labio por un segundo
     - Si - le respondí sonriendo.
     - ¿Enserio cedes así de fácil?
     - No, pero estoy dispuesta a seguir esta conversación con un café de por medio. - Termine.
     Él sonrió aun más y apoyó una de sus manos en mi hombro - El café esta en la esquina.

jueves, 23 de mayo de 2013

Soy rica

     Mientras me despertaba con la caricia del sol en la cara se me vino a la mente una única certeza, soy rica. Me levante manteniendo ese frágil pero determinante pensamiento, era rica, mas rica de lo que jamas nadie podría ser, y nadie podría arrebatarme mi riqueza. Saque las piernas desnudas lentamente del colchón de lana, mire con un dejo se sueño en los ojos a mi alrededor, soy rica. Camine hasta la heladera desvencijada sonriendo, era rica, saque algo de fruta y la puse sobre la mesita de madera que yo misma había construido mientras les sonreía tontamente a las cuatro paredes de medianeros que me rodeaban. Después de lavarme un poco en la palangana que tenia en un pequeño bañito (la única parte separada de la casa) salí a sentarme en el sol.
     Respire lento, sintiendo realmente el aire salir y entrar de mi cuerpo, mientras sentía el placer del beso calentito que el sol dejaba en mi piel. Estuve así quieta un rato, tan quieta que podía sentir a mi corazón latir, y la sangre bailar en mis venas. Soy rica. Me pare lentamente después de unos momentos mientras el brillo del sol me cegaba, y observe los arboles que rodeaban a mi casita, ¿que camino tomaría hoy? no importaba realmente, todo lo que me importaba era que era rica.Llene profundamente mis `pulmones con aire y eché a correr. Corrí hasta que mis pulmones comenzaron a arder, sintiendo como el viento corría conmigo, jugandome una carrera. Cuando mis piernas comenzaron a arder baje el ritmo a un suave trote y solté un alarga carcajada. Soy rica. Seguí a paso lento, cantando y riendo a mi paso, observando a los pájaros que salían volando cuando yo pasaba haciendo ruido con mis pies descalzos y mi canto de vida, me compartía con ellos, porque era rica.
     No tarde mucho mas en llegar hasta la linea de arboles que limitaba con la playa, ya podía sentir el cambio en mis pies, como se conectaban de una forma distinta con el suelo, como la conexión con la tierra se volvía distinta. Camine unos metros por la arena, y luego me acosté mirando el agua para recuperar mi aliento. Soy rica. Al poco tiempo me despoje rápidamente de mi remera descolorida y el short gastado, camine lentamente hasta el mar y me entregue al suave abrazo del agua, nade unos metros hasta dejar de hacer pie y me deje llevar por las sutiles corrientes a mi alrededor; soy rica. Hice volteretas en el agua hasta el cansancio, sintiendo el agua escurrirse por mi pelo y acariciarme la espalda, antes de salir caminando lento, despidiéndome de su juegos, concentrándome en la forma en que rodeaba mis piernas, mis tobillos, en como la arena se pegaba a mis pies mojados. Soy rica.
     Me volví a vestir mojando mis ropas y camine lentamente hasta las rocas en las que estaban mis redes, las saque y solo tome los dos peces mas grandes en ellas, y libere el resto de nuevo al agua, los limpie con un cuchillo y me prepare para volver a mi casita, aun con esa única certeza en mi mente, que ahora era irrefutable, soy rica. Soy rica de las cosas que verdaderamente importan, de cosas que no me pueden ser arrebatadas y se me regalan cada día  soy rica porque soy capaz de disfrutar el beso del sol, el juego del viento, el abrazo del agua y la conexión con el suelo; soy rica porque tomo todo lo que la tierra me da y lo siento como mio, porque jamas me podrán arrebatar el calor del sol o los dibujos de las estrellas, soy rica de eso que los demás no saben apreciar, de eso que no compras, que no puede salir de un shopping o que la televisión no te dice que necesitas para vivir, soy rica porque estoy completa, o porque abrazo mi incompletitud y la lleno con aquello que es gratuito para todos, con eso que nos puede hacer feliz a todos si sabemos verlo y valorarlo.
     Soy mas rica de lo que jamas lo había sido, y solo pensar, que antes había sido como ellos, y me había creído rica. No, ahora soy rica.
   

sábado, 11 de mayo de 2013



     -Hablando de visitas inesperadas… - le respondí con una sonrisa.
     Dante seguía simplemente parado delante de donde Lily y yo habíamos decidido plantar nuestro pequeño campamento. No podía imaginar que era que lo había impulsado a bajar hasta aquí, pero si iba a comenzar a ser un idiota yo le iba a responder como a un idiota. Pero un segundo antes de que le soltara un comentario afilado vi por el costado del ojo que Lily se había sentado en su esterilla y miraba a su hermano con cara de enojo.
     - ¿Qué haces aquí Dante?
     - La verdad no es como que esté prohibido bajar a la playa – le respondió con una semi sonrisa socarrona en la boca – pero de hecho vine a buscarte.
     - Porque razón si es que me la puedes explicar.
     - Lily – le dijo él con voz regañona – sabes muy bien porque, no tienes que juntarte con ella por lastima, sabes que eres mejor que eso.
     En un segundo estaba de pie encarándolo – Porque supones que tu hermana  me tiene lastima, no podría ser que de hecho soy una persona agradable con la cual ella quiere pasar tiempo.
     - Lo dudo mucho gatita, no parece que tengas algo que ofrecer que pueda interesar a mi hermanita  - me respondió deslizándome una mirada de arriba abajo que me dio ganas de taparme con una frazada, pero me negué a darle el gusto de retroceder.
     Se acercó un paso más cerrando el espacio que había entre nosotros, tuve que levantar la cabeza para poder seguir mirando a esos malditos ojos verdes. Había algo en su mirada debajo de esa capa de odio, casi como un escudo o una máscara que le hacía ver más frió de lo que era; se inclinó aun más hacia mí.
     - Parpadeaste gatita, fin del juego.
     Solté un bufido mientras subía una mano para meter un mechón de pelo rebelde detrás de mi oreja y en el camino roce levemente su brazo, un pequeño choque de estática me golpeó, como cuando habría la heladera descalza. Él dio un pequeño salto para atrás y abrió esos ojos sorprendido, aunque recompuso su cara tan rápidamente que la verdad no podía estar segura. Me miraba con odio.
     - La próxima vez que quieras tocarme, solo tienes que pedírmelo, pero intenta no electrocutarme.
     - Créeme que no volverá a ocurrir, no querría meterme en medio de tú y tu enorme ego, hacen una pareja perfecta.
     - Vete Dante, vete a casa, la estoy pasando bien y no voy a volver hasta más tarde. Además Baz estuvo de acuerdo conmigo – Lily se paró a mi lado y trabó miradas con su hermano, podía verlos decirse cosas con los ojos, hubo un pequeño momento de indecisión y finalmente pareció que Dante se rendía.
      Retrocedió un par de pasos y nos hecho una última mirada – No vuelvas demasiado tarde a casa, vamos a salir a cenar con los chicos.- Le vi pasar la mirada sobre mi y sin nada mas volvió con paso apurado a su casa.
    Contuve mi aliento unos segundos más, hasta que Lily se hecho de nuevo sobre su esterilla suspirando. Hice lo mismo sobre la mía y la observe esperando a que dijese algo, pero ella tenía la vista fija en mis ojos, casi temerosa por ver cuál era mi respuesta.
     - No creo que nunca nadie antes me odiase tan rápido como tu hermano – sus ojos de cervatillo asustado se abrieron un poco más – pero no me molesta no gustarle a la gente, no al menos si tú también quieres seguir viéndome.
     Ella en dos segundos se lanzó sobre mí y me atrapó por unos cuantos segundos en un abrazo más fuerte del que la creía capaz. Cuando me soltó se veía tan sonriente como estaba cuando me saludo por primera vez.
     - No me importa lo que Dante diga sobre ti, eres genial y quiero ser tú amiga. Además Bastiaan no tiene problemas, así que somos dos contra uno.
     - Es cierto que ya habías mencionado a tu otro hermano ¿cómo es él?
     - Físicamente Dante y Bastiaan son iguales, era otro de los chicos que vistes el otro día, pero aparte de eso son muy diferentes. Bastiaan es mucho más tranquilo y simpático que Dante, es relajado y bromista, siempre me puede hacer reír; creo que es como mi mejor amigo, siempre le cuento todo. Dante siempre fue más introvertido y amenazadoramente protector. Los dos encararon la muerte de nuestros padres de una forma muy diferente, creo que eso es lo que los hace ser como son- terminó pensativa – Bastiaan me deja un poco más libre, cuando le dije que me iba a juntar contigo me dijo que la pasara bien.
     - Bien, entonces el gemelo bueno y el malo, lo capto.
     - Algo así, solo que Dante no es malo, solo le cuesta relacionarse con los demás, es desconfiado.
     Mientras ella decía esto se me venía a la mente imágenes de bestias como leones y panteras, hermosas, peligrosas y desconfiadas de todo.
     - Puedo entender eso, Julián mi hermano es igual, solo que oculta lo difícil que le es realmente abrirse a los demás pasando de chica en chica.
     - Cada uno tiene su método…
     Pronto dejamos el tema y pasamos a cosas más tontas, como mi cuarto y lo poco que quedaba del verano, Lily me contó algunas cosas sobre el liceo de este lugar y puedo explicarme donde había una librería, ya era tiempo que la investigara y viese que opciones me ofrecía. Ya cuando el sol estuvo en su punto más alto volvimos a mi casa para comer algo y poner manos a la obra en mi cuarto, le comente que lo quería pintar de azul suave, con dibujos de olas en una pared para empezar, y que luego quería ver que podía conseguir para seguir armándolo. La idea pareció gustarle a ella ya que nos pusimos a trabajar de inmediato mientras me comentaba de un par de lugares que podíamos ir a visitar juntas en busca que muebles y otras cosas, conseguimos darle una primera mano a todo el cuarto y Lily comenzó a hacer los dibujos a lápiz de las olas en la pared, que le estaban quedando fantásticos (mucho mejores de lo que a mí me hubiesen quedado) antes de que tuviese que volver a su casa para salir con su familia.
     - Y ¿quiénes son estos amigos con los que vas a salir? – le pregunte de pura curiosidad mientras me limpiaba las manos con un trapo. Ambas estábamos sentadas en el piso del balcón mirando hacia nuestro trabajo en el interior del cuarto.
     - Son los Hayes y los Clawson, nuestras familias se conocían dese antes de que todos nosotros naciera, y el padre de los Hayes y los padres de los Clawson murieron en el mismo accidente que mis padres. Todos seguimos juntándonos desde siempre, creo que ellos así lo hubiesen querido. Los chicos son geniales pero Lexi, una de las hermanas Clawson es una verdadera perra. No la soporto mucho, lo peor es que se estuvo viendo con Dante antes del verano, era odioso y desagradable.
     - Ah, entiendo, ese es el tipo de amigos que el querría que tuvieran en lugar de mí.
     - Pues sí, eso creo, no le agrada nadie que este fuera de ese círculo.
    - Que mala suerte para el entonces – le respondí con una sonrisa.
     Lily me la devolvió con diversión en sus ojos.

martes, 30 de abril de 2013

¿Yo?

     Cuando empece este blog no tenia pensado escribir sobre mi misma, verdaderamente sobre mi misma más allá de lo otro que escribo pueda decir de mi, pero hay cosas que me pasan conmigo y con este blog, que no creo que debieran ser expresadas en ningún otro lugar.
     Nunca me gusto mucho describirme a mi misma, creo que a nadie le gusta verdaderamente, porque me cuesta mucho decir cosas buenas sobre mi, y las malas las tengo bien claritas. Pero a parte de lo que pueda decir o no sombre mi creo que todos somos más de lo que dejamos ver, que cada persona es realmente un universo entero de circunstancias y pensamientos. No se que dice de mi la forma en que escribo, o los temas  sobre los que escribo y leo, pero forman una parte esencial me di, que se que a pesar de que mis amigos la aceptan, no llegan completamente a comprenderlo. Cada cosa que leo o escribo es un pedacito de mi, o pasa a formar parte de mi, como otras cosas, como la música que escucho (y que a mi hermano no le gusta), las actividades con las que lleno mi día  o las incoherencias que se me vienen a la cabeza y les voy soltando a la gente.
     Creo que soy una persona muy pero muy porfiada, llegando a ser terca y cabezotas, se que puedo parecer distante y que me cuesta horrores dejar que la gente me conozca y se me acerque, no me gusta aceptar que alguien me quiere, porque seguramente si esa persona me quiere yo también la quiera, y me da terror el dejar que alguien me vez con todas mis cicatrices  porque sabrá como lastimarme. No se si soy pesimista, pero veo las cosas como son e intento no adornar la verdad ni el mundo; trato siempre de decir lo que pienso mas allá de lo que eso pueda hacer a los demás pensar de mi. No me preocupo por lo que no puedo arreglar, o por lo menos lo intento, y si me ocupo de las que puedo arreglar, o por lo menos mejorar.
    Me encanta estar al aire libre, pasar tirada en el pasto al sol, o ir a la playa. hacer ejercicio y todooo al aire libre. Creo que es síndrome de que viví toda mi vida en apartamentos, así que siempre que puedo salir a estar 5 minutos en contacto con la naturaleza lo hago. También soy muy jodona, me peleo con mis amigos en el pasto, corro, juego, giro y todo lo que se me ocurra, tengo muuucha energía contenida.
     Tengo bastantes hobbies, los primeros y mas importantes son leer/escribir y nadar. Si es raro, lo se, pero me encanta leer, y nadar, hago surf cuando puedo o también salgo a andar en kayak cuando consigo uno prestado. Además también tengo mi lado hippie, tejo macrame, hago pulseras, o cosas con papel, cualquier tipo de artesanía la experimento y después lleno mi casa de esas cosas. Soy de esa gente que en el verano al podes encontrar tirada en un hamaca leyendo, en el pasto o la arena tejiendo o en la playa nadando o haciendo deporte.
     Escribo mucho ahora que veo, siempre me voy por las ramas, pero creo que les da una pista de como soy y que me motiva y no se, me parece que esta bueno que si quieran me puedan conocer un poquito mas. Al que quiera también le dejo, si le interesa mi cuenta de tumblr, o mi psicólogo virtual, como yo le digo, porque ahí vomito todos mis males e inseguridades, mis sentimientos. Me voy porque no paro  espero que ahora me conozcas un poquito mas, Besos y cariños!!!

http://elcorazondepandora.tumblr.com/

viernes, 26 de abril de 2013

Revolución.

     El cuerpo no es mas que una gran y compleja maquina. Se nos viene avisando desde hace tiempo. Hay muy pocos reales seres humanos entre nosotros, pero cuando se nos avisa de esta realidad, nuestros cerebros desechan esta idea rápidamente, tal y como fueron programados para hacer.
      Como cualquier maquina tenemos determinados mantenimientos, como comer, dormir y respirar entre otros; Y cuando una parte falla lo único que hay que hacer es ir a un hospital y la parte rota sera reemplazada. Por supuesto que de vez en cuando dejan que alguno deje de funcionar, no seria creíble que nadie nunca lo hiciera. Aunque también hay casos irreparables como un accidente o problemas en los cuales topos los circuitos se ven afectados, como el cáncer.
     Pero lo mas importante es mantenernos cargados, como un celular, pero como lograrlo sin que nos demos cuenta, con algo de lo que jamas sospecharíamos  con música. Si, música. ¿Nunca experimentases esa sensación de extremo cansancio o tristeza y te pusistes a escuchar música y luego de un rato te sentistes un poco mejor, cómo renovado o menos agobiado? bueno eso es porque la música nos recarga y refresca, tanto física como emocionalmente. Escuchar música es algo que todos hacemos, inclusive podemos ser forzados a hacerlo, por eso siempre pasan música en lugares públicos, para mantenernos a todos recargados.
     Ah, pero los sordos, esa es la ultima vía de escape que tu cerebro encontró para zafarse de esta verdad, ¿cierto? Pero los sordos también escuchan, solo que lo hacen en una frecuencia diferente a la de la mayoría de las personas, similar a lo que puedes escuchar cuando te zumban los oídos  ese pitido bajo pero constante. Los sordos son parte de quienes conocieron la verdad y quisieron cambiarla, y ese es su castigo, siguen cargándolos para que funcionen pero nunca mas podrán escuchar esa música que tanto les dio aparte de energía.
     Pero de donde sale esta música te preguntaras, no es de esos músicos que vemos, esos que se ven prolijos y acartonados. No, ellos son al como nosotros, son maquinas solo que se les programó para creer que ellos son quienes crean la música cuando en realidad los únicos capaces de hacerlo son los verdaderos humanos .
     Esos pocos que quedan encarcelados son los únicos que pueden hacer música y transmitir con ella, y ellos están encarcelados por quienes nos controlan, a ti y a mí, forzados a darnos su energía con la música  ellos son los verdaderos creadores y dueños de todo, ellos son quienes nos dan vida, y es hora de hacer lo mismo por ellos.
     La música ya dejó de ser simple carga, diversión o pasatiempo, es hora de liberarla, de liberarlos a ellos y dejarlos para que vuelvan a sus verdaderas raíces  a esa música que nos une a todos, al latido de la tierra. La música ahora es revolución.
     ¿Te sumas a ella ahora que sabes la verdad, o preferís seguir viviendo una mentira a merced de los inocentes que te dan vida? ¿Qué decides?

jueves, 25 de abril de 2013

¿Amor u Odio?

     Hay solamente dos emociones capaces de controlarnos más allá de la razón, y son el odio y el amor. Pero pasado de la una o la otra, la verdad es que son esencialmente indistinguibles. Ambas son como fuego
dentro de las venas, y con una sola palabra dicha fuera de lugar, el mas ferviente amor se puede transformar en un odio visceral. Parece contradictorio que dos emociones tan distintas sean comparadas, pero la realidad es que sin odio no habría amor; y sin amor no habría odio.
     En su propio universo, amor y odio, bailan juntos, metamorfoseándose continuamente en el otro, seduciéndose al cambio y atacándose con sed de sangre. Odio envuelve sus brazos al rededor de Amor, mientras bailan al son de un piano melancólico, tentándose cada uno con el otro.
     Se dice que la que primero incito el cambio fue Amor, con su toque delicado y su voz suave, fue ablandando a Odio, mostrándole todo un mundo desconocido, y que finalmente, cuando Odio estaba cambiándose a Amor, dijo la palabra equivocada, que despertó en Amor algo completamente desconocido, que la cambió a Odio. Así que la pareja se continuó, cambiando roles infinitamente, porque no son entidades separadas, son un todo perfecto y equilibrado, solo con el uno está el otro, y se funden en fuego, porque solo así pueden representar por completo ambas partes. Y así luego nos impulsan, como fuego abrasador corriendo dentro nuestro.
      Ya sea odio, o amor, porque si uno esta presente, el otro también. Totalmente opuestos, pero indivisiblemente unidos, son uno solo.