jueves, 30 de mayo de 2013

     Poco después de que Lily se fuera decidí salir a chequear que podía encontrar en la parte mas central de la ciudad, a dedicarme una tarde. Tenía la esperanza de poder encontrar alguna librería y comprar un par de libros nuevos  porque creo que si leía alguna vez mas mi ejemplar de the host o los juegos del hambre los libros se iban a volver polvo.
     Tomé mi mochila y metí rápidamente un ejemplar de ghostgirl, el mp4, un buzo y algo de dinero, baje corriendo y me subí a bici y empece a dar pedal sin mucha atención  No me llevó mucho llegar hasta la parte más central, se veían algunos turistas perdidos bordeando una rambla que solo consistía en una calle ancha bordeada por una vereda con apenas algo de pasto separándose de la arena. Había montones de pequeños negocios de artesanías y ropas veraniegas, pero al subir un par de calles mas me encontré con lo que estaba buscando, un par de pequeñas y antiguas librerías y un café en la esquina.
     Las rápidas nubes que comenzaron a cubrir el cielo me distrajeron un momento, parecía que hacia siglos que no veía llover. Até la bici a una columna y me deslice dentro de la librería  observando el cartel de madera sobre la puerta que leía "La muerte muere enamorada. Libros maravillosos y mitológicos". Por dentro el local me hizo pensar en una mezcla de castillo del romanticismo y librería de la abuela, con muebles exuberantes y adornos oscuros y arrebatadores, pero parecía no seguir un orden demasiado especifico, había libros desparramados por todos lados, apilados sobre mesas sin criterio, algunos nuevos y otros que ya debían de tener mas años que yo, llenos de tierra como si nunca hubiesen sido tocados. Había un mostrador de madera con una caja registradora y algunas chucherías esparcidas, como postales y diferentes marca-libros; pero no pude ver a nadie detrás de él. De echo, más allá de la música baja de un piano no se escuchaba nada, parecía que el lugar estaba vacío.
     No le dí mucha importancia y me dedique a recorrer los pasillos poblados de libros. Juli siempre me había preguntado por qué leía, que era de lo libros que me atraían tanto, supongo que siempre fueron un escape, hacia otros mundos, otras realidades, otra vida. No podía evitar mirar esas estanterías pobladas de libros que aun no había leído y pensar el las miles de posibilidades diferentes, de historias que conocer, personajes que amar y odiar, sentimientos esperando ser despertados y mundos diferentes. Era un universo inexplorado al que podía tener acceso, y que nadie jamas me podrían quitar, eran sueños de gente plasmados en papel, esperando a ser compartidos. Di la una vuelta y me encontré frente a una estantería que leía "novelas fantásticas y verdaderas, solo los conocedores sabrán la verdad". La cita me robó una sonrisa, aunque no sabia de que libro era. Comencé a examinar estos libros desde la parte que me parecía mas moderna, revise un par hasta que me decidí a llevarme un libro que me habían comentado que era bueno, Mestiza, de Jennifer.L.Armentrout. Estaba a punto de volver a la caja para intentar encontrar a alguien que me atendiera cuando me di cuenta que esta sección seguía, llena de libros con lomos duros de colores enjoyados bajo una capa de polvo, pude ver a amatista y el zafiro bajo la leve luz, me atraían, pero había uno que, aunque tenia una capa de polvo mas gruesa que los otros, brillaba apagado como el lapislázuli; estire el brazo y lo tome, era un volumen grueso y pesado. En la tapa lo único que se leía era "Προμηθέας δραπέτευσε από το βράχο" ,"Prometeo escapó de la roca". No parecía tener ningún autor adjudicado, así que pasé un par de carillas, parecía ser una versión bilingüe (en griego y español) de una novela tipo fantasía- mitológica. En un segundo ya la tenia en mis brazos junto con el otro libro y me dirigía a la caja, siempre me había emocionado el descubrimiento de libros nuevos, y esta no era la excepción. 
     Me pare por unos segundos en silencio frente al mostrador, y cuando vi que no aparecía nadie apoye con un poco de fuerza los libros, esperando que le innecesario ruido llamase la atención de quienquiera que fuese que atendía la tienda saliera a cobrarme. Se escucharon pasos apagados al otro lado de una puerta y pronto la misma se abrió, mostrando un muchacho moreno de mas o menos mi misma edad. Mientras el sonreía amistosamente reafirme mi teoría de que el agua de este lugar tenia algún tipo de químico que perfeccionaba la apariencia exterior de los jóvenes. Midiendo el algo mas de metro ochenta y cinco tenia claros ojos grises-celestes, piel muy dorada y musculatura de atleta.
      - Hola, ¿vas a llevar esos libros? - me dijo con la voz profunda.
      - Si - le respondí pasandole los libros.
      Él me dirigió una sonrisa antes de tomarlos. La puerta volvió a abrirse y de ella salió un hombre mayor, pero vivaracho, vestido con pantalones de raya y camisa blanca se completaba con una sonrisa y unos brillantes ojos llenos de luz y rodeados de una fina red de arrugas. El hombre parpadeo un par de veces hacia mi antes  de acercarse al mostrador .
     - ¿Qué te trajo a mi librería hoy joven? No eres de aquí, o te recordaría, la memoria aun me funciona como cuando era joven.
     - De hecho soy nuevo, me acabo de mudar aquí con mi familia. Me encanta leer, así que quise pasar a revisar las librerías locales.
     - Bueno, pues me alegro que hayas elegido esta, los lectores somos una raza en extinción, es importante identificarnos unos a los otros. - me respondió y miro al muchacho a su lado por unos segundos - quedan pocos de los que verdaderamente saben apreciar la literatura.
     - Que no me gusten los mismos libros que a ti no significa que no sepa apreciar la literatura abuelo. -le retruco con aire divertido - me miro alcanzándome los libros y mi cambio - Soy Ian, un gusto, ¿así que vas  a estudiar aquí cuando termine el verano? Te puedo mostrar el lugar si quieres
     - Si, gracias, seria fantástico - le respondí intentando ser cortés, aunque la verdad nunca se me dio bien eso de conectar con gente nueva.
     - Bueno, que esperas chico, llévala a pasear, la tarde esta tranquila, creo que puedo manejar la tienda por mi mismo. - intercedió el abuelo.
     Me quede con la boca abierta durante un par de segundos sosteniendo mis libros, el señor aun sonreía y estaba empujando no tan delicadamente a Ian fuera del mostrador, quien tenia la misma cara de sorpresa y desconcierto que yo sentía en mi rostro.Me miro un segundo casi pidiéndome permiso, y cuando yo asentí media ida, termino de salir de detrás del mostrador por si solo y caminamos juntos hasta la puerta.
     Una vez afuera me paré junto a mi bicicleta balanceandome sobre mis pies, sin saber que se suponía que tenia que decir.
     - No tienes porque salir conmigo, puedo irme a dar vueltas un rato para dejarle contento, pero seria agradable tomar un café y hablar un rato si quieres.
     Lo mire un par de segundos más en silencio. Todo en el era amigable y me invitaba a decir que si, los ojos brillantes y la forma en que se inclinaba levemente para sonreírme amablemente. Me devolvió la mirada y se rió quedamente.
     - La pregunta no es tan difícil, solo si o no. No te preocupes, no contagio rabia cuando muerdo. A diferencia de los personajes de esas novelas tuyas.
     - Ninguno tiene rabia, y ademas son sobre mitología greco-romana, no hombres lobo.
     - Te doy ese punto, pero tienes que aceptar que algunas de esas novelas son totalmente ilógicas.
     Me mordí el labio por un segundo
     - Si - le respondí sonriendo.
     - ¿Enserio cedes así de fácil?
     - No, pero estoy dispuesta a seguir esta conversación con un café de por medio. - Termine.
     Él sonrió aun más y apoyó una de sus manos en mi hombro - El café esta en la esquina.

jueves, 23 de mayo de 2013

Soy rica

     Mientras me despertaba con la caricia del sol en la cara se me vino a la mente una única certeza, soy rica. Me levante manteniendo ese frágil pero determinante pensamiento, era rica, mas rica de lo que jamas nadie podría ser, y nadie podría arrebatarme mi riqueza. Saque las piernas desnudas lentamente del colchón de lana, mire con un dejo se sueño en los ojos a mi alrededor, soy rica. Camine hasta la heladera desvencijada sonriendo, era rica, saque algo de fruta y la puse sobre la mesita de madera que yo misma había construido mientras les sonreía tontamente a las cuatro paredes de medianeros que me rodeaban. Después de lavarme un poco en la palangana que tenia en un pequeño bañito (la única parte separada de la casa) salí a sentarme en el sol.
     Respire lento, sintiendo realmente el aire salir y entrar de mi cuerpo, mientras sentía el placer del beso calentito que el sol dejaba en mi piel. Estuve así quieta un rato, tan quieta que podía sentir a mi corazón latir, y la sangre bailar en mis venas. Soy rica. Me pare lentamente después de unos momentos mientras el brillo del sol me cegaba, y observe los arboles que rodeaban a mi casita, ¿que camino tomaría hoy? no importaba realmente, todo lo que me importaba era que era rica.Llene profundamente mis `pulmones con aire y eché a correr. Corrí hasta que mis pulmones comenzaron a arder, sintiendo como el viento corría conmigo, jugandome una carrera. Cuando mis piernas comenzaron a arder baje el ritmo a un suave trote y solté un alarga carcajada. Soy rica. Seguí a paso lento, cantando y riendo a mi paso, observando a los pájaros que salían volando cuando yo pasaba haciendo ruido con mis pies descalzos y mi canto de vida, me compartía con ellos, porque era rica.
     No tarde mucho mas en llegar hasta la linea de arboles que limitaba con la playa, ya podía sentir el cambio en mis pies, como se conectaban de una forma distinta con el suelo, como la conexión con la tierra se volvía distinta. Camine unos metros por la arena, y luego me acosté mirando el agua para recuperar mi aliento. Soy rica. Al poco tiempo me despoje rápidamente de mi remera descolorida y el short gastado, camine lentamente hasta el mar y me entregue al suave abrazo del agua, nade unos metros hasta dejar de hacer pie y me deje llevar por las sutiles corrientes a mi alrededor; soy rica. Hice volteretas en el agua hasta el cansancio, sintiendo el agua escurrirse por mi pelo y acariciarme la espalda, antes de salir caminando lento, despidiéndome de su juegos, concentrándome en la forma en que rodeaba mis piernas, mis tobillos, en como la arena se pegaba a mis pies mojados. Soy rica.
     Me volví a vestir mojando mis ropas y camine lentamente hasta las rocas en las que estaban mis redes, las saque y solo tome los dos peces mas grandes en ellas, y libere el resto de nuevo al agua, los limpie con un cuchillo y me prepare para volver a mi casita, aun con esa única certeza en mi mente, que ahora era irrefutable, soy rica. Soy rica de las cosas que verdaderamente importan, de cosas que no me pueden ser arrebatadas y se me regalan cada día  soy rica porque soy capaz de disfrutar el beso del sol, el juego del viento, el abrazo del agua y la conexión con el suelo; soy rica porque tomo todo lo que la tierra me da y lo siento como mio, porque jamas me podrán arrebatar el calor del sol o los dibujos de las estrellas, soy rica de eso que los demás no saben apreciar, de eso que no compras, que no puede salir de un shopping o que la televisión no te dice que necesitas para vivir, soy rica porque estoy completa, o porque abrazo mi incompletitud y la lleno con aquello que es gratuito para todos, con eso que nos puede hacer feliz a todos si sabemos verlo y valorarlo.
     Soy mas rica de lo que jamas lo había sido, y solo pensar, que antes había sido como ellos, y me había creído rica. No, ahora soy rica.
   

sábado, 11 de mayo de 2013



     -Hablando de visitas inesperadas… - le respondí con una sonrisa.
     Dante seguía simplemente parado delante de donde Lily y yo habíamos decidido plantar nuestro pequeño campamento. No podía imaginar que era que lo había impulsado a bajar hasta aquí, pero si iba a comenzar a ser un idiota yo le iba a responder como a un idiota. Pero un segundo antes de que le soltara un comentario afilado vi por el costado del ojo que Lily se había sentado en su esterilla y miraba a su hermano con cara de enojo.
     - ¿Qué haces aquí Dante?
     - La verdad no es como que esté prohibido bajar a la playa – le respondió con una semi sonrisa socarrona en la boca – pero de hecho vine a buscarte.
     - Porque razón si es que me la puedes explicar.
     - Lily – le dijo él con voz regañona – sabes muy bien porque, no tienes que juntarte con ella por lastima, sabes que eres mejor que eso.
     En un segundo estaba de pie encarándolo – Porque supones que tu hermana  me tiene lastima, no podría ser que de hecho soy una persona agradable con la cual ella quiere pasar tiempo.
     - Lo dudo mucho gatita, no parece que tengas algo que ofrecer que pueda interesar a mi hermanita  - me respondió deslizándome una mirada de arriba abajo que me dio ganas de taparme con una frazada, pero me negué a darle el gusto de retroceder.
     Se acercó un paso más cerrando el espacio que había entre nosotros, tuve que levantar la cabeza para poder seguir mirando a esos malditos ojos verdes. Había algo en su mirada debajo de esa capa de odio, casi como un escudo o una máscara que le hacía ver más frió de lo que era; se inclinó aun más hacia mí.
     - Parpadeaste gatita, fin del juego.
     Solté un bufido mientras subía una mano para meter un mechón de pelo rebelde detrás de mi oreja y en el camino roce levemente su brazo, un pequeño choque de estática me golpeó, como cuando habría la heladera descalza. Él dio un pequeño salto para atrás y abrió esos ojos sorprendido, aunque recompuso su cara tan rápidamente que la verdad no podía estar segura. Me miraba con odio.
     - La próxima vez que quieras tocarme, solo tienes que pedírmelo, pero intenta no electrocutarme.
     - Créeme que no volverá a ocurrir, no querría meterme en medio de tú y tu enorme ego, hacen una pareja perfecta.
     - Vete Dante, vete a casa, la estoy pasando bien y no voy a volver hasta más tarde. Además Baz estuvo de acuerdo conmigo – Lily se paró a mi lado y trabó miradas con su hermano, podía verlos decirse cosas con los ojos, hubo un pequeño momento de indecisión y finalmente pareció que Dante se rendía.
      Retrocedió un par de pasos y nos hecho una última mirada – No vuelvas demasiado tarde a casa, vamos a salir a cenar con los chicos.- Le vi pasar la mirada sobre mi y sin nada mas volvió con paso apurado a su casa.
    Contuve mi aliento unos segundos más, hasta que Lily se hecho de nuevo sobre su esterilla suspirando. Hice lo mismo sobre la mía y la observe esperando a que dijese algo, pero ella tenía la vista fija en mis ojos, casi temerosa por ver cuál era mi respuesta.
     - No creo que nunca nadie antes me odiase tan rápido como tu hermano – sus ojos de cervatillo asustado se abrieron un poco más – pero no me molesta no gustarle a la gente, no al menos si tú también quieres seguir viéndome.
     Ella en dos segundos se lanzó sobre mí y me atrapó por unos cuantos segundos en un abrazo más fuerte del que la creía capaz. Cuando me soltó se veía tan sonriente como estaba cuando me saludo por primera vez.
     - No me importa lo que Dante diga sobre ti, eres genial y quiero ser tú amiga. Además Bastiaan no tiene problemas, así que somos dos contra uno.
     - Es cierto que ya habías mencionado a tu otro hermano ¿cómo es él?
     - Físicamente Dante y Bastiaan son iguales, era otro de los chicos que vistes el otro día, pero aparte de eso son muy diferentes. Bastiaan es mucho más tranquilo y simpático que Dante, es relajado y bromista, siempre me puede hacer reír; creo que es como mi mejor amigo, siempre le cuento todo. Dante siempre fue más introvertido y amenazadoramente protector. Los dos encararon la muerte de nuestros padres de una forma muy diferente, creo que eso es lo que los hace ser como son- terminó pensativa – Bastiaan me deja un poco más libre, cuando le dije que me iba a juntar contigo me dijo que la pasara bien.
     - Bien, entonces el gemelo bueno y el malo, lo capto.
     - Algo así, solo que Dante no es malo, solo le cuesta relacionarse con los demás, es desconfiado.
     Mientras ella decía esto se me venía a la mente imágenes de bestias como leones y panteras, hermosas, peligrosas y desconfiadas de todo.
     - Puedo entender eso, Julián mi hermano es igual, solo que oculta lo difícil que le es realmente abrirse a los demás pasando de chica en chica.
     - Cada uno tiene su método…
     Pronto dejamos el tema y pasamos a cosas más tontas, como mi cuarto y lo poco que quedaba del verano, Lily me contó algunas cosas sobre el liceo de este lugar y puedo explicarme donde había una librería, ya era tiempo que la investigara y viese que opciones me ofrecía. Ya cuando el sol estuvo en su punto más alto volvimos a mi casa para comer algo y poner manos a la obra en mi cuarto, le comente que lo quería pintar de azul suave, con dibujos de olas en una pared para empezar, y que luego quería ver que podía conseguir para seguir armándolo. La idea pareció gustarle a ella ya que nos pusimos a trabajar de inmediato mientras me comentaba de un par de lugares que podíamos ir a visitar juntas en busca que muebles y otras cosas, conseguimos darle una primera mano a todo el cuarto y Lily comenzó a hacer los dibujos a lápiz de las olas en la pared, que le estaban quedando fantásticos (mucho mejores de lo que a mí me hubiesen quedado) antes de que tuviese que volver a su casa para salir con su familia.
     - Y ¿quiénes son estos amigos con los que vas a salir? – le pregunte de pura curiosidad mientras me limpiaba las manos con un trapo. Ambas estábamos sentadas en el piso del balcón mirando hacia nuestro trabajo en el interior del cuarto.
     - Son los Hayes y los Clawson, nuestras familias se conocían dese antes de que todos nosotros naciera, y el padre de los Hayes y los padres de los Clawson murieron en el mismo accidente que mis padres. Todos seguimos juntándonos desde siempre, creo que ellos así lo hubiesen querido. Los chicos son geniales pero Lexi, una de las hermanas Clawson es una verdadera perra. No la soporto mucho, lo peor es que se estuvo viendo con Dante antes del verano, era odioso y desagradable.
     - Ah, entiendo, ese es el tipo de amigos que el querría que tuvieran en lugar de mí.
     - Pues sí, eso creo, no le agrada nadie que este fuera de ese círculo.
    - Que mala suerte para el entonces – le respondí con una sonrisa.
     Lily me la devolvió con diversión en sus ojos.