martes, 1 de abril de 2014

¿Viva?

     Sentía el fuerte pulso de la música salir disparado por los parlantes que se encontraban en cada rincón de la disco, sentía ese mismo pulso entrando en mi cuerpo, recorriéndome entera, como fuego por las venas y escapando en cada giro de la cadera o movimiento rítmico de los brazos. No había nada mejor que ese pum, pum, pum vibrando a través de todos los cuerpos presentes, uniéndolos bajo un mismo hechizo, y haciéndolos sentí tan vivos y al mismo tiempo tan llenos de ansias por vivir un poco más. Ese pum pum, como me recordaba ese pum pum a como era estar viva, o por lo menos era lo que yo creía sentir cuando estaba viva. 
     De repente la música se me antojaba el pulso continuo, una unión de todos los seres vivos, un mismo corazón latiendo entre todos, y yo aun era parte de ello, más allá de que mi propio corazón hacia siglos que había dado su ultimo latido. Como podía sentirme tan viva y al mismo tiempo ser consiente de no estarlo de una forma tan clara, como podía ser que en aquel momento, salvo por la falta de pulso, me sentía tan viva. Sería posible estar viva sin un corazón latiendo dentro de mi pecho. En este momento me sentía viva, no me cabía la menor duda, los ojos brillantes a mí alrededor, las respiraciones agitadas y los cuerpos balanceándose a un mismo compas pero de formas diferentes. Dando una vuelta seguí mirando a mi alrededor, a los diferentes grupitos charlando y riendo, a las parejas y a los solitarios, a esa gente que se encontraba pensativa, ajena a todo el barullo a su alrededor, y a aquellos que se sumergían en el interminable vaivén de la música, para alejarse de solo ellos sabían que,
    Me concentre en ese ritmo, en ese pulso. Intente grabarlo en mi interior a fuego, como si así fuese capaz de no perder mi norte nunca más, como si así pudiese ser normal, o al menos más humana, aunque ya sabía que no había posibilidad de ello. Una ráfaga de aire frio consigue abrirse camino entre el calor de los cuerpos que se contorneaban, volviendo mi piel de gallina, despertándome de mi ensoñason. Podría tener piel de gallina, podía dormir, podía tener hambre, incluso si me lo permitía sabia que era capaz de amar, entonces como podía ser que no estuviese viva, que un simple corazón inerte abriera una brecha tan grande entre aquellos que me rodeaban y aquellos que eran... como yo.
     Eran pensamientos como ese que conseguían volver a helarme las venas, que podían hacer que me despertara de este sueño en la vigilia, podían separarme del resto de los cuerpos latientes, podría hacerme alejar un poco más de la vida a la que durante al menos un tiempo me había acercado. Me deje abrazar por el frio de la noche, deje que la briza helara el sudor en mi piel, deje que mis pies caminaran calle abajo, cosas que podían hacerme sentir tan viva. Doble hacia la derecha y me unid en la oscuridad de un callejón, tal vez alejándome de todo lo que me recordaba tanto a la vida podía sentirme menos vacía. Apoye la espalda contra los helados ladrillos, inhalando lentamente aire que en realidad no necesitaba. Yo sabía lo que realmente necesitaba, y me odiaba por ello.
     Antes incluso de escuchar los pasos de la pobre pareja que se dirigía a ese mismo callejón buscando un lugar donde tener un poco mas de intimidad pude sentirlos, a ellos, a su energía, podía sentirlos llenos de tanta vida. Y así mismo, podía sentir el ansia tomando posesión de mi misma, alejándome de aquello que hace tan poco me había unido a esa pareja que de seguro habría estado en esa misma disco bailando bajo el mismo rítmico encanto. Me hundí lentamente en la oscuridad y deje que la pareja se concentrase en si misma, los deje ir aligerando su ropa, subiendo la temperatura. Podía sentir a si mismo mi energía crecer, el ansia potenciarse, sabía que el momento se acercaba, y podía sentí a la parte más oscura de mi misma tomar el mando. En el momento más crucial me aproxime a ellos y cinchándolo a él de la parte superior del cuello apoye mis labios sobre los suyos. La transmisión de energía fue rápida y poderosa, era un muchacho joven, de veintipocos años y lleno de ganas y fuerza. Era una buena fuente de energía, me sentí a su vez más viva con cada segundo que transcurría, sentía mi pulso moverse al compas del suyo, empujado por una fuerza que no provenía de mi corazón, sino del suyo. Cuando me fue suficiente lo solté, dejándolo volver a quien lo había estado ocupando y salí a paso ágil del callejón, nada hacía sentir más vivo a un súcubo que una buena comida.






     No voy a aburrirlos con mi verano, la verdad es que fue uno de los más lindos, gracias a mis amigas y a mi novio, pero también tuve que despedirme de algunas personas que formaban parte de mi vida, y estoy atravesando una montaña de cambios bastante complicados, y por encima de todo eso estoy con un bloqueo de escritor que me dan ganas de darme la cabeza contra la pared. Pero volví, y voy a intentar seguir donde me quede y darles mas de mis creaciones, por mas que no este del todo conforme con ellas, como es el caso de esta, pero se que nada va a ser jamas completamente perfecto. Gracias por leer y perdón por mi tan larga ausencia. Les deseo lo mejor, y espero oir de ustedes, tanto sus criticas como simples comentarios